«Menos utilizar con frivolidad a las personas, menos aprovecharse de la orientación sexual de las personas y más trabajo y más eficacia. Así que a partir de ahora, y mucho más que antes, me voy a comprometer para intentar, junto con este colectivo, que el SIDA deje de ser una enfermedad de transmisión sexual entre los homosexuales y entre todos»
Estas son las palabras que Esperanza Oña, alcaldesa (del PP) de Fuengirola y diputada en el Parlamento Andaluz; en esta nueva legislatura también vicepresidenta segunda de la cámara. Podéis escucharla en el video de abajo tras un encuentro con COLEGA de hace tiempo.
Yo no quisiera dudar de la buena voluntad de esta señora… pero, ¿qué va a hacer para que el SIDA deje de ser una enfermedad?
Quizás se empeñe en que el SIDA deje de ser lo que es porque no se le ocurre nada que hacer para paliar los efectos de la enfermedad y para contener su transmisión. Quizás no se le ocurre nada o quizás se veía venir los recortes del Ministerio de Sanidad en el Plan Nacional Contra el VIH/Sida… nunca lo sabremos.
Pero para eso está Twitter, para interactuar con los políticos (menos con Gordillo, dicho sea de paso), así que mencioné a la susodicha y ella me contestó que sus compromisos «se referían a un gobierno PP en Andalucía». Se ve que no entendió por donde quería ir… yo se lo aclaré: ¿cómo va a dejar de ser el SIDA una enfermedad?
Pero recapitulemos… así que su buena voluntad y su compromiso sólo valían si el PP gobernaba en Andalucía. Entonces, en la oposición, esos compromisos y esa buena voluntadad ya no valen. Oposición constructiva, que la llaman.
Quizás la señora alcaldesa no sabe lo que significa el término «enfermedad» como tampoco sabe lo que significa «democracia», como puede verse en el siguiente tweet. ¿Protestar? ¿En qué democracia civilizada cabe eso?
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