Sáhara, de entrada no


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Dicen que conflicto interno, más acertado sería maniobra de distracción.

No conviene que se hable de la negativa del PSOE a un Pleno sobre corrupción (ahora que IU lo ha propuesto). No conviene tampoco que se hable de la negativa del PSOE a que se regulen los mínimos vitales para los ciudadanos (Botín hija ya habrá levantado el teléfono). Ni que hablar de la comisión de investigación de la que los socialistas huyen sin sonrojo mientras mantienen la bandera de la anticorrupción. Susana se puede enfadar, cambiemos de tema.

Se le ha dado magnitud de problema a algo que llevaba anunciado unos meses y de lo que no hubo queja, más allá de la pícara comparación de situar a Susana junto al sátrapa marroquí y a IU junto al pueblo saharaui (algo que parece no estar muy alejado de la realidad).

Y esa es la cuestión, cuando se crean artificialmente enfrentamientos todo parece esperpéntico, pero al PSOE no le importa volver a hacer el rídiculo (que para eso tiene las tablas de la Corrala) y defenderá a capa y espada algo que se sostiene sobre pies de barro.

Debe ser que Susana tiene poca memoria, ya no se acuerda cuando estuvo a favor en junio de 2013 de una Declaración Institucional en el Parlamento de Andalucía en la que se pedía que las instituciones públicas reforzaran su papel de cooperación con el Sáhara occidental y con los refugiados de Tinduf y que se pedía al Reino de Marruecos un «escrupuloso respeto de los Derechos Huamanos». Seguramente, este acuerdo tomado en la Cámara andaluza fuera lo que la presidenta le trasladó al rey marroquí en su visita… seguramente.

susana-marruecosEl portavoz del PSOE, Mario Jiménez, critica el viaje por cuestiones de «seguridad de las personas en un momento de una amenaza como la que se está viviendo en toda Europa». A este nivel llega la bajeza moral de los socialistas para vincular la visita de Valderas con amenazas terroristas de ciertos sectores del Islam. Aunque esta falta de moral no debería de sorprendernos si recordamos el «papelón» de Susana con la Corrala Utopía y los 12.000 sevillanos en lista de espera.

La cuestión es que si el vicepresidente de una comunidad autonóma visita el Sáhara puede «generar un conflicto», se trata de sentido de Estado. Algo que se ve que no ha pasado cuando hace menos de un mes el vicepresidente (sí, vicepresidente) de la Xunta de Galicia (sí, una comunidad autónoma) visitó los campamentos de refugiados del Sáhara.

Le critican a Valderas «poner por delante de los intereses generales de Andalucía su posicionamiento de partido». ¿Dónde quedaban los intereses generales de Andalucía cuando Susana Díaz se fotografiaba con los niños saharauis que vienen a nuestra tierra en verano?

susana-saharauiY es que la cosa parece sencilla, Susana no puede permitirse otra comparación odiosa. Ella junto a Botín y Elena Cortés junto a los desahuciados. Ella junto a Alierta y Valderas junto a la economía social y cooperativistas. Ella junto al embajador de Israel y Valderas con el pueblo palestino. Ella junto a la corrupta monarquía marroquí y Valderas…

Si finalmente Valderas no va al Sáhara, habrá ganado la falacia (pues no se sostiene el argumento de los socialistas) e Izquierda Unida quedaría un poco al pie de los caballos.

Si, por el contrario, el viaje se realiza (como parece que va a ocurrir) la cuestión sería dónde va a meterse el ego la presidenta. ¿Volverá a usar el BOJA como quien usa un diario personal? ¿Volveremos a presenciar una maniobra mediática digna del Ministerio de la Verdad de Orwell donde lo que ayer era negro hoy es blanco?

Y resumiendo, ¿qué hay de malo en que el consejero que es responsable de temas de cooperación visite uno de los territorios con los que se coopera? Como dijo Valderas en el Parlamento, la ayuda humanitaria y la solidaridad no es, o no debe ser, objeto de conflicto.

Lejos queda aquella pregunta parlamentaria del PP al vicepresidente andaluz sobre el viaje en cuestión, cuya respuesta y defensa por parte de Valderas arrancó los aplausos de la bancada socialista.

Ahora no se aplaude, todos a una, que Susana está mirando.

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