Un mañana de junio Javier Arenas, pretendiente eterno de la derecha a la presidencia de la Junta, dio una espantada y, de la noche a la mañana, el alcalde de Sevilla se veía designado (dedo de Cospedal mediante) como Presidente del PP de Andalucía. El ex juez tomaba las riendas de una derecha andaluza noqueada tras los resultados electorales del 25M.
Desde entonces, Zoido se ha ido metiendo de un lío en otro: de ser alcalde de Sevilla las 24 horas a tener que hacer viajes express por Andalucía; de visitar San Telmo un día como alcalde para defender los intereses de Sevilla, a volver a presentarse en San Telmo para hablar de los problema de todos los andaluces y terminar defendiendo a Sevilla; y, lo que es peor, estar abriendo y cerrando sus aspiraciones, un día se levanta como candidato a la alcaldía, otro lo nominan como candidato andaluz y el de en medio no sabe si es una cosa u otra.
Pero analicemos lo que han sido estos primeros seis meses del liderazgo de Zoido al frente de la derecha andaluza y de la alcaldía sevillana. Una auténtica madeja, de la que ni él mismo sabe salir y que deja al PP andaluz como un pollo sin cabeza, sin discurso y con un presidente permanentemente cuestionado.
Alcalde a tiempo completo
Zoido llegó a la alcaldía sevillana después de un espectacular resultado, arropado por sus medios amigos (ABC, El Mundo y La Razón) y tras prometer que sería alcalde de Sevilla las 24 horas del día. Como comprenderéis, es complicado entregarse en cuerpo y alma, a la vez, a Sevilla y a una tierra tan grande como Andalucía.
Este problema zoidiano hace que su presencia en las provincias sea mínima y que, cuando estas se dan, sean a toda prisa y corriendo para estar por la mañana visitando un belén en Lepe y por la tarde en una residencia de mayores de la capital andaluza.
Málaga, mucha Málaga
Si ser uno y trino es ya complicado, más complicado ha tenido Zodio hacer migas por las tierras malagueñas. Empezó exigiendo las líneas 2 y 3 del metro de Sevilla, algo que cabreó al alcalde, también pepero, de Málaga. Porque es en la capital de la Costa del Sol donde con más recelo ven al alcalde sevillano y, por ello, no se cortan en cuestionar por todos los medios al gran Zoido.
En el PP de Andalucía ven complicado que un alcalde de Sevilla arrastre muchos votos en el resto de las provincias y, muy especialmente, en el hasta ahora granero de la derecha andaluza, la provincia de Málaga.
No da la talla
Política, por supuesto. Los que seguimos la actualidad municipal sevillana sabíamos que Zoido alcalde fue más un producto de una derecha mediática que ocultaba sus defectos y resaltaba sus virtudes. El problema es que esto no le vale en su nuevo papel en el Parlamento como jefe de la oposición al bipartito social-comunista. Sus debates con el presidente de la Junta están siendo flojos y sus parlamentarios en la Comisión de los ERE hicieron un tremendo ridículo votando con el PSOE el dictamen final.
Desastroso, sobre todo en los cuerpo a cuerpo con Griñán, donde Zoido ha perdido por goleada y en los que el presidente le ha cogido las vueltas de tal forma que hasta se permite ser indulgente con el alcalde-presidente.
En definitiva, Zoido ha tenido un aterrizaje complicado en la política andaluza y no son pocos los que piensan que él es uno de los primeros arrepentidos en haber escuchado los cantos de sirena de una Cospedal sedienta de pasar facturas a Javier Arenas.
Al final, el alcalde-presidente puede perder todo lo logrado, a poco que la oposición en la capital se ponga las pilas, y quedar engullido en un PP andaluz descolocado y con muchos aspirantes con verdaderas ganas de liderarlo (Carmen Crespo, José Luís Sanz, Bendodo… ahh y Esperanza Oña, no la olvidemos)