¡Qué alegría! ¡Qué jolgorio! ¡Qué felicidad se respira! ¿Por qué? ¿Es que el Betis se ha vuelto a poner primero en la liga, a cienes y cienes de puntos del segundo? Pues no…
Nuestro gran alcalde lo ha conseguido, un nuevo logro, una nueva medalla para su solapa ya recargada de insignias que reflejan sus triunfos… Ha solucionado uno de los grandes problemas de esta sacrosanta y mariana y muchas otras y buenas cosas ciudad…
¡¡Las bandas de música cofrade de esta ciudad ya cuentan con instalaciones para poder tocar!! Pobres bandas. El alcalde, en un acto de generosidad les ha tenido que ceder las caracolas abandonadas (y muy poco estéticas) de Derecho. Pobres bandas… después de tener que sufrir los ataques de los malvados comunistas, que querían regular su situación en los bajos del entorno de la Torre del Oro… Pobres bandas, que debe ser que carecen de fondos sufucientes para poder pagarse ellos unos locales perfectamente acondicionados para que los chavales practiquen algo que les gusta, y que a mi me parece bien, es bonito tener aficiones. Se ve que ni la Iglesia de la que dependen ni las cofradías ni nada así dispone de fondos para pagar tal cosa.
Pero sobre todo, pobres otras bandas de otros tipos de música, grupos también de jóvenes que les gusta la música y que no tienen donde practicar. Aquí no hay garajes como en las ciudades – residencia de Estados Unidos…
En fin. Hoy la Sevilla cofrade aplaude con ganas a su maravilloso alcalde, que sin embargo sigue sin ser capaz de hacer frente a los muchos y graves problemas que tiene la ciudad. Eso sí, lo estético lo lleva todo muy bien, y por eso se va a gastar 300.000 euros, que se dice pronto, en comprar flores para adornar en Navidad el centro de la ciudad, que para eso Sevilla es la ciudad más bonita del mundo.
Ea, ha sido todo.